Fleboesclerosis eco-guiada con microespuma: un tratamiento cómodo, preciso y eficaz para las varices

Aproximadamente el 30 % de la población padece, en mayor o menor medida, el problema de las varices y les puede ocasionar severas molestias además de un problema estético asociado.

El tratamiento de las varices ha dado un salto de calidad en los últimos años, y una de las técnicas que más protagonismo ha ganado es la fleboesclerosis eco-guiada con microespuma. Su popularidad no es casual: combina precisión, comodidad y resultados muy satisfactorios sin necesidad de intervenciones quirúrgicas ni largos periodos de recuperación. Si estás valorando este tratamiento, aquí te contamos en qué consiste, cómo se realiza y qué puedes esperar antes y después de cada sesión.

Un procedimiento sencillo y guiado con precisión

La sesión se realiza de forma ambulatoria y suele sorprender por su simplicidad. El paciente se tumba cómodamente mientras el especialista localiza las venas a tratar mediante ecografía, lo que permite inyectar la microespuma con total exactitud. No se requiere anestesia mayor ni sedación; en la mayoría de los casos, basta con agujas finas que hacen que el procedimiento sea prácticamente indoloro. Solo en situaciones especiales —cuando se necesita un acceso algo más complejo— puede aplicarse una mínima dosis de anestesia local.

Una vez la microespuma entra en la vena, se ejerce una ligera compresión durante unos minutos y se mantiene la pierna elevada para optimizar el cierre del segmento tratado.

El cuidado inmediato tras la sesión

Tras comprobar mediante ecografía que la vena ha respondido adecuadamente, se coloca un vendaje y, sobre él, una media de compresión elástica, que el propio paciente debe traer a la consulta en su talla correcta. Es un paso esencial para favorecer el resultado desde el primer momento.

Aunque el procedimiento es sencillo, se recomienda no conducir inmediatamente después. Lo ideal es organizar el desplazamiento con antelación y optar por un medio de transporte seguro que no dependa de ti.

Recuperación rápida y vuelta a la normalidad

Una de las mayores ventajas de esta técnica es que no interfiere con tu rutina diaria. No es necesario hacer reposo ni solicitar baja laboral: puedes continuar trabajando y manteniendo tus actividades habituales desde el primer día.

Lo único que deberás tener en cuenta es el uso de la media de compresión, que generalmente se mantiene durante una o dos semanas después de cada sesión, en función del tipo y la localización de la váriz tratada.

Un proceso que se cuida en el tiempo

La fleboesclerosis eco-guiada no es un tratamiento apresurado. Según la cantidad y severidad de las varices, puede requerir varias sesiones que se distribuyen a lo largo de varios meses, llegando incluso a extenderse entre seis meses y un año. Este enfoque progresivo tiene una ventaja clara: permite un seguimiento médico continuado, comprobando que cada segmento tratado se cierra correctamente y valorando si es necesario realizar sesiones de refuerzo.

Antes de empezar: valoración y seguridad

Todo tratamiento comienza con una consulta de valoración, clave para garantizar la seguridad del paciente. En ella se revisa la medicación habitual —especialmente anticoagulantes— para ajustar o suspender temporalmente la que sea necesario. No hace falta acudir en ayunas y, por supuesto, se explican todas las posibles contraindicaciones y efectos secundarios, resolviendo dudas y ofreciendo una visión realista del proceso.