El problema del bruxismo es tan frecuente en la población como complejo su entendimiento. Intentaremos desgranarlo brevemente.

A manera de introducción, conviene hacer hincapié acerca de la existencia de actividades motoras orofaciales funcionales (cumplen un objetivo) y parafuncionales (no cumplen ningún objetivo y, frecuentemente producen o contribuyen a producir efectos negativos.

Como actividades motoras orofaciales funcionales podemos enumerar la masticación, la deglución, la respiración y la fonación. Las parafuncionales son más numerosas e incluyen el bruxismo (apretar o rechinar los dientes), onicofagia (comerse las uñas), castañeteo dentario, mordisqueo de mejilla y/o labios, y/o lengua, y/u objetos, humedecimiento de labios, protusión lingual, masticación de chicle de manera compulsiva, hipersalivación/deglución, así como malposicionamiento cervical y/o cefálica.

Para entender el problema del bruxismo, conviene delimitarlo con una definición: este es el hábito de apretamiento y/o rechinamiento dentario, por lo general inconsciente, y fundamentalmente, durante el sueño, que tienen algunas personas y que guarda relación, al menos indirecta, con la forma que tiene la persona de manifestar el estrés (Dr. José Luis de la Hoz).

Clinica shens bruxismo

Teniendo en cuenta que un 20% de la población general es bruxista, estas cifras podrían alarmarnos, pero debemos entender que, por ejemplo, en los niños esto es muy frecuente y este hábito finaliza con la pubertad o la mayoría de edad.  Además, dentro de este 20% se incluyen personas que, a pesar de su hábito de apretamiento/rechinamiento dentario, no presentan, ni presentarán nunca, signos y síntomas de dolor orofacial.  No obstante, un pequeño número sí terminará con dolor alrededor de mandíbula, oídos, sienes o mejillas y/o problemas articulares de la mandíbula, acompañados muchas veces de chasquidos o bloqueos de esta estructura, dificultad para abrir o cerrar la mandíbula, problemas de masticación, dolores de cabeza (cefalea) y sensibilidad dental (excesivo desgaste dentario).

La causa del bruxismo es desconocida (idiopática), aunque se manejan varias hipótesis, cobrando unas más relevancia que otras. Éstas son: interferencias entre las piezas dentarias de la arcada superior (maxilar) y la arcada inferior (mandibular) dentaria, contribución genética (parece ser que existe una mayor incidencia entre una familia con miembros bruxistas), alteraciones del sueño (insomnio, síndrome de apnea obstructiva del sueño, alteraciones del ritmo circadiano, dolor crónico, etc.), psicoemocional (estrés que sobrepasa nuestros mecanismos compensatorios), farmacológica (algunos medicamentos producen bruxismo), y neurofisiológica (donde se englobarían las citadas causas anteriores y contribuciones internas del sistema nervioso central de cada persona).

El bruxismo no tiene cura, si bien es cierto que se maneja, y muchas veces con éxito si es tratado por profesionales cualificados con especialidad oficial en este tipo de problemas. Es un abordaje multidisciplinar, en donde intervienen el fisioterapeuta especializado, el odontólogo (normalmente, es necesaria la incorporación de un dispositivo ortopédico comúnmente conocido como férula o placa de descarga), psicólogo y, en los casos necesarios, psiquiatra. Este abordaje multidisciplinar garantiza el éxito clínico, así como la mejoría y recuperación del paciente.

Si usted experimenta uno o varios de los síntomas descritos anteriormente, no dude en acudir a nuestra Clínica.

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