Las zonas con grasas localizadas suelen coincidir con zonas del cuerpo donde menos movemos y ejercitamos, por ejemplo, la zona de las caderas, cintura y los alrededores de los pectorales y dorsales, debido al estilo de vida sedentario y falta de ejercicios físicos. Y curiosamente, la mayoría de estas zonas corresponden con el recorrido de meridianos de órganos como hígado, bazo, estómago vesícula biliar e intestino delgado, que son órganos que juegan un papel fundamental en el proceso de digestión, elaboración y evacuación de los alimentos. Activando los meridianos de estos órganos, no solo activamos sus funciones metabólicas, sino también aumentamos el caudal de energía por donde pasan estos meridianos. Cuando el agua del río circula más rápidamente y con menos impurezas, automáticamente moverán los depósitos en sus fundos y los elimina por la evacuación.