La acupuntura: una opción terapéutica natural para mejorar los síntomas de la cistitis femenina

iLa acupuntura: una opción terapéutica natural para mejorar los síntomas de la cistitis femenina

Con la llegada del frío, la gripe no es lo único que nos preocupa. También otras infecciones que son más frecuentes en los meses de otoño e invierno.

Entre ellas, la cistitis, que afecta al tracto urinario inferior sobre todo en mujeres.

Pese a que el frío no es un factor determinante, pero sí de riesgo, en el desarrollo de infecciones urinarias de repetición, la exposición a éste, sí puede suponer un aumento de los episodios de infección de orina en invierno, por la mayor sensibilidad mayor que presentan algunas mujeres ante este tipo de variaciones.

La cistitis crónica refractaria es una enfermedad de causa desconocida que se caracteriza por un incremento de la frecuencia urinaria, la sensación de no poder contener la orina, la necesidad de orinar lo más rápidamente posible y la aparición de un dolor abdominal bajo originado en la vejiga.

Estos síntomas se prolongan por más de seis semanas, en ausencia de infección urinaria o enfermedad conocida del aparato urinario.

La sintomatología suele aparecer gradualmente y empeora a lo largo de años conforme se va lesionando la pared de la vejiga. El paciente presenta dolor o una sensación de presión en la vejiga, en la pelvis o en la parte baja del abdomen.

También presenta la necesidad de orinar con frecuencia y de manera urgente, a menudo muchas veces cada hora. Los síntomas empeoran cuando se rellena la vejiga y disminuyen al orinar. En casos muy graves, el paciente puede permanecer sentado en el aseo durante horas, dejando que la orina gotee continuamente.

El aumento de la frecuencia es debido a que los pacientes notan dolor en el momento que tienen algo de orina en su vejiga, con lo que necesitan orinar para mantenerla continuamente vacía y así aliviar sus molestias.

En ocasiones el dolor lo localizan en la uretra, en los laterales de la parte baja del abdomen (fosas iliacas) o en la zona lumbar.

Estos pacientes suelen sufrir con frecuencia otras enfermedades o síntomas como:

  • Episodios de diarrea y estreñimiento.
  • Endometriosis.
  • Dolor al mantener relaciones sexuales (dispareunia).
  • Dolor vaginal.
  • Alteraciones en el sueño.
  • Migraña.

Los síntomas pueden empeorar durante la ovulación o la menstruación, las alergias estacionales, el estrés físico o emocional, o las relaciones sexuales. Los alimentos con alto contenido en potasio (por ejemplo, los cítricos, el chocolate, las bebidas con cafeína, y los tomates), los alimentos picantes, el tabaco y el alcohol pueden agravar los síntomas.

Las causas de la cistitis son desconocidas. Actualmente, se postula que estos pacientes pudieran tener: alteraciones en el epitelio de la vejiga, infiltración de la pared de la vejiga por mastocitos (relacionado con procesos alérgicos), alteraciones en la inervación de la vejiga, etc.

Sin embargo, ninguna de estas explicaciones justifica adecuadamente la enfermedad. Frecuentemente se asocia con otros síndromes somáticos funcionales como el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia, el colon irritable, etc.

El tratamiento puede incluir entre otros:

  • Fisioterapia específica de suelo pélvico.
  • Tratamiento farmacológico.
    • Antihistamínicos.
    • Antiinflamatorios y analgésicos para controlar el dolor y la inflamación.
    • Neuromoduladores como amitriptilina y gabapentina.
    • Infusiones en la vejiga: lidocaína, heparina y bicarbonato de sodio.
    • Pentosano polisulfato para mejorar el epitelio de la vejiga.
  • Estimulación eléctrica.
  • Cirugía. Si no ayudan otros tratamientos, podría operarse para reparar el problema de la vejiga. O se podría operar para detener el dolor nervioso.

Los efectos secundarios de los tratamientos farmacológicos más frecuentemente prescritos tales como mareo, descoordinación, debilidad, cefaleas, confusión, aumento de peso, sequedad de boca, y visión borrosa, entre otros, hace que cada vez con mayor frecuencia, los pacientes afectados recurran a la acupuntura para el tratamiento de la cistitis femenina, que ha demostrado en numerosas ocasiones su eficacia de manera segura y en ausencia de efectos secundarios.

El presente artículo, publicado en Ginekologia Polska, está basado en un ensayo clínico con el objetivo de evaluar la eficacia del tratamiento con acupuntura de la cistitis refractaria femenina.

El estudio, agrupó 12 pacientes que recibieron 10 sesiones de acupuntura en total, distribuidas en 5 semanas (2 sesiones semanales).

Los criterios diagnósticos utilizados a la hora del reclutamiento de pacientes fueron diagnóstico de cistitis refractaria intersticial:

  • Puntuación en la escala visual analógica del dolor ≥ 4.
  • Frecuencia urinaria ≥ 8.
  • Cultivo urinario negativo en los últimos 30 días.

Las herramientas utilizadas, entre otras, para evaluar la eficacia del tratamiento con acupuntura fueron:

  • Escala visual analógica de dolor (VAS):

    Consiste en una línea horizontal de 10 centímetros, en cuyos extremos se encuentran las expresiones extremas del dolor. Será leve hasta 4 cm, Moderada de 5-7cm y severa si es mayor de 7cm.

  • Escala de síntomas de cistitis intersticial (ICSI):

    Índice específico que evalúa la severidad de los síntomas de la cistitis intersticial.

  • Cuestionario de dolor pélvico y síntomas de urgencia y frecuencia urinaria (PUF).
  • Volumen de orina máximo vaciado (MVV).

La duración total del estudio fue de 12 meses, y fueron evaluados los parámetros de eficacia anteriormente descritos los meses 1, 3, 6 y 12.

Los pacientes incluidos en el grupo tratamiento recibieron 3 sesiones semanales de acupuntura de 30 minutos de duración a lo largo de 12 semanas (36 sesiones en total).

Los resultados del estudio arrojaron que los pacientes tratados con acupuntura experimentaron una mejoría estadísticamente significativa del dolor según la escala VAS, y de la respuesta terapéutica en la totalidad de los pacientes.

Adicionalmente, se constató en los pacientes tratados con acupuntura una mejoría en los valores del cuestionario de dolor pélvico y síntomas de urgencia y frecuencia urinaria, así como un aumento del volumen de orina máximo vaciado.

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