Los test de intolerancias alimentarias. Lo que debes saber antes de hacer uno

Yolanda Torres

Asesoría Nutricional Integrativa y Personalizada

Los test de intolerancias alimentarias. Lo que debes saber antes de hacer uno

A raíz del artículo “El ‘boom’ de los test de intolerancias alimentarias” de @boticariagarcia publicado en El Mundo el pasado 25 de junio, he querido aportar mi opinión en este tema como especialista en nutrición y psiconeuroinmunología clínica, debido a lo que veo en la clínica sobre este tema.
Muchas de las personas que vienen a consulta me suelen comentar: “Como “x” alimento y noto que me sienta mal, pero la pruebas que me han hecho dan negativo”. O aquéllas que vienen comiendo 4 cosas porque se han hecho un test de intolerancia alimentaria y le ha dado positivo a multitud de alimentos.

Aquí habría que diferenciar varios conceptos, pero lo PRIMERO, PRIMERO de TODO, es que la clínica de la persona manda sobre cualquier prueba que se realice, por lo que hay que investigar bien, para saber lo que realmente le está pasando.

Volviendo a los conceptos, ¿tienes clara la diferencia entre intolerancia y alergia alimentaria? Y sensibilidad alimentaria, ¿sabes qué es? Todas son reacciones adversas ante un determinado alimento siendo unas más graves que otras e incluso algunas silenciosas o nunca pensarías que podría estar relacionado. Vayamos por partes.

Las respuestas adversas a los alimentos pueden estar mediadas o no por nuestro sistema inmunológico (Esquema 1).

Cuando nuestro sistema inmunológico NO interviene, nos encontramos con las intolerancias alimentarias. Estas intolerancias se producen cuando el sistema digestivo no puede digerir o metabolizar adecuadamente ciertos alimentos. En estos casos, suele haber deficiencias enzimáticas y, en algunos casos, con problemas de absorción de nutrientes. Los síntomas más comunes se encuentran dentro del malestar gastrointestinal, como dolor abdominal, náuseas, gases o diarrea, entre otros. Por ejemplo, un caso muy común de intolerancia es la intolerancia a la lactosa donde el organismo carece de la enzima lactasa necesaria para descomponer la lactosa, el azúcar presente de la leche. Otras intolerancias pueden ser la intolerancia a la fructosa, al sorbitol o a la histamina (debido a una deficiencia de la enzima DAO).

Cuando SI interviene el sistema inmunológico, nos encontramos con:

  • Las alergias. Son reacciones agudas que ocurren poco después de ingerir el alimento desencadenante y pueden llegar a ser realmente graves. Las alergias están mediadas por los anticuerpos IgE, un tipo de inmunoglobulina-proteína- que se unen a los mastocitos y los basófilos, células de los tejidos y de la sangre, respectivamente, liberando histamina y otras sustancias provocando síntomas que pueden variar desde leves, como cutáneos (urticaria, eritema), respiratorios (rinitis, tos), digestivos (dolor abdominal, diarrea, estreñimiento), hasta graves, como una respuesta anafiláctica, a nivel sistémico, potencialmente mortal. Aquí, por tanto, el sistema inmune reacciona de manera exagerada ante proteínas específicas presentes en los alimentos, liberando principalmente histamina que finalmente causa los síntomas alérgicos mencionados anteriormente.
  • La enfermedad celíaca. Tiene componente genético. Provoca una respuesta autoinmune del sistema inmunológico ante la presencia de gluten. En la enfermedad celíaca, el sistema inmune ataca al revestimiento del intestino delgado, lo cual puede causar un aplanamiento de las vellosidades intestinales, generando, como consecuencia, problemas de absorción de nutrientes. Actualmente, la única herramienta de tratamiento disponible es la eliminación total de la dieta cualquier alimento o producto que contenga gluten (proteína que se encuentra en la semilla de cereales como el trigo, centeno, cebada, espelta, algunas variedades de avena, triticale, así como sus híbridos y derivados).
  • La Sensibilidad al Gluten No Celíaca (SGNC) es una condición en la cual las personas experimentan síntomas adversos después de consumir gluten, a pesar de no tener enfermedad celíaca ni alergia al trigo. Los síntomas pueden ser similares a los de la enfermedad celíaca y pueden afectar a diferentes sistemas del cuerpo, como el digestivo o el nervioso e incluso la piel. Los síntomas gastrointestinales comunes incluyen hinchazón, dolor abdominal, diarrea o estreñimiento. También puede haber síntomas no digestivos como fatiga, dolores de cabeza, confusión mental, cambios de humor o problemas cutáneos. Actualmente, no existen pruebas específicas para diagnosticar la SGNC, por lo que su diagnóstico se basa principalmente en la exclusión de la enfermedad celíaca y a la alergia al trigo, así como en la observación de los síntomas que se producen después de la reintroducción controlada del gluten en la dieta.
  • La sensibilidad alimentaria no mediada por anticuerpos o HANA (Histaminosis Alimentaria No Alérgica). Se trata de una respuesta anómala de nuestro sistema inmune a un alimento, pero que no está mediada por anticuerpos IgE como ocurre en las alergias alimentarias. En este caso, el principal mediador de la respuesta es la histamina, de ahí su nombre, que ha sido estimulada por otros mecanismos diferentes a lo que sucede en una alergia. Se han relacionado una gran variedad de síntomas con esta condición, como dermatitis, alopecia, diarrea, dolores abdominales, rinitis, urticaria, asma, dolores articulares, lumbalgia, cefaleas, migrañas, vértigos, depresión, ansiedad, fatiga crónica, acúfenos, infertilidad y abortos, entre otros muchos. Estos síntomas están relacionados con la liberación de histamina al ingerir el alimento al que se es sensible.

Esquema 1. Clasificación de las reacciones adversas a los alimentos, con la nomenclatura propuesta por la European Academy of Allergology and Clinical Immunology (EAACI).
Fuente: DOI: 10.1111/j.1398-9995.1995.tb02579.x ; DOI: 10.1034/j.1398-9995.2001.t01-1-00001.x

Llegados hasta aquí, ¿cómo podemos identificar estas reacciones? Como dije al inicio, por la clínica que presenta la persona y a través de pruebas fiables como son,

  • Test de IgE.
    Consiste en tomar una muestra de sangre para medir los niveles de anticuerpos IgE contra las proteínas alimentarias a las que se reacciona de esos determinados alimentos. Esta prueba es útil para detectar alergias y el grado de reacción.
  • Test de HANA.
    Mediante una muestra de sangre se puede llegar a detectar cuáles son los alimentos que provocan, en nuestro organismo, esa liberación anómala de histamina y la aparición de los síntomas anteriormente descritos. Para ello, se seleccionan los alimentos que más consumimos para medir el porcentaje de histamina liberada en respuesta a cada uno de ellos. Si supera un determinado %, se eliminará el alimento durante un tiempo a determinar, con el fin de bajar la histamina sobre producida. Este proceso se complementa con un abordaje de salud intestinal para reestablecer su equilibrio y poder así introducir de forma gradual dicho alimento.

En el mercado también existen otras pruebas donde se evalúan, a través de una muestra de sangre, los anticuerpos IgG contra una amplia variedad de alimentos, como puede ser el test A200 que examina alrededor de 200 alimentos. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que estas pruebas no cuentan con el respaldo científico ni médico, ya que la detección de la inmunoglobulina IgG es probablemente una respuesta normal de nuestro sistema inmune ante la exposición previa a dichos alimentos, por lo tanto, carecen de validez. Estas pruebas, en cierto modo entrañan un riesgo para la persona que confía en los resultados, pues eliminan aquellos alimentos a los que ha dado positivo. Si esa eliminación se prolonga en el tiempo, como suele suceder, generará carencias no sólo nutricionales sino también un empobrecimiento en su diversidad microbiana, desestabilizando su ecología microbiana y facilitando, por tanto, una disbiosis a nivel intestinal -SIBO (sobrecrecimientos bacterianos, de hongos y/o de arqueas) en intestino delgado con los consiguientes problemas de absorción de nutrientes que eso conlleva o disbiosis en intestino grueso, por un exceso de proteolíticas o de parásitos, entre otros-.

Por tanto, si sospechas que tus síntomas pueden estar generados por ciertos alimentos, o si quieres saber si pueden estar relacionados con la alimentación que estás siguiendo, sería importante acudir a un dietista-nutricionista actualizado con visión integrativa que pueda determinar la/s causa/s de tus síntomas. En Medizen podemos ayudarte y estaremos encantados de estudiar tu caso brindándote la mejor atención.

Recuerda que tu salud es primordial, y comprender qué le está pasando a tu cuerpo es fundamental para reestablecer su equilibrio. ¡Cuídate!

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