Evidencia clínica de la Acupuntura en el tratamiento de la Obesidad: mecanismos neuroendocrinos

El buen tiempo ya ha llegado… El verano y nuestros planes para disfrutar de la playa están cada vez más cerca.

Es sobre todo en esta época, cuando descubrimos esos kilos que hemos podido ganar en invierno, y nuestro deseo de librarnos de ellos nos conduce en muchas ocasiones a poner en marcha la famosa “operación bikini”, que habitualmente consiste en iniciar dietas extraordinariamente restrictivas que prometen milagrosas pérdidas de peso en un tiempo record…

Sin embargo, esto tiene efectos muy negativos.

Uno de los efectos más peligrosos es el efecto rebote. Con este tipo de dietas, perderemos además de grasa, una parte importante de músculo y agua, con lo que se ralentizará nuestro metabolismo, y cuando regresemos a nuestra dieta “habitual” no sólo recuperaremos todo el peso perdido inicialmente, además ganaremos algo más. Del mismo modo, si nos saltamos comidas favoreceremos la acumulación de reservas de calorías.

La obesidad es un trastorno metabólico que se puede definir como un acúmulo excesivo de grasa, debido, principalmente, a un desequilibrio energético entre las calorías ingeridas y las gastadas, que puede conllevar serios problemas de salud como diabetes, enfermedades cardiovasculares, problemas del aparato locomotor… etc.

En los países industrializados, las condiciones de vida actuales permiten una alimentación abundante y variada a sectores cada vez mayores de la población, al mismo tiempo que se incrementa el sedentarismo, lo que favorece que el número de personas obesas se multiplique. De acuerdo a los últimos datos aportados por la OMS hay alrededor de 650 millones de personas obesas en el mundo,

Según datos del Ministerio de Sanidad la prevalencia de obesidad en España es del 14,5%, y la del sobrepeso del 38,5% en las personas de entre 25 y 60 años.

En general, la excesiva acumulación de grasa en el tejido adiposo (obesidad) se produce cuando se consumen más calorías de las que se queman. 

Sin embargo, es fundamental tener en cuenta los diversos factores de riesgo que favorecen la aparición de la obesidad:

• a) Factores genéticos
  En diversos estudios se ha comprobado que alrededor del 50% de los hijos con un progenitor obeso son obesos, y más del 80% de los hijos cuyos dos progenitores son obesos presentan obesidad.
• b) Factores nutricionales
  La sobrealimentación tiene una mayor influencia si se inicia a edades tempranas. Un porcentaje significativo de niños obesos evolucionan a adolescentes y adultos obesos. Las dietas ricas en grasas y en carbohidratos pueden favorecer la obesidad.

  Asimismo, el incremento del consumo de alimentos ultraprocesados, o fast food han elevado la ingesta de calorías, aumentando las tasas de obesidad.

• c) Factores hormonales y endocrinos:
  Actualmente se ha demostrado la relación entre las alteraciones en el metabolismo de la serotonina y la ingesta alimenticia.

Del mismo modo, existen diversas hormonas que intervienen en regulación de la ingesta como la leptina que reduce el apetito y aumenta el gasto energético, y la grelina que induce el hambre.

Se ha comprobado que a partir de un índice de masa corporal superior a 25 (sobrepeso) aparece un aumento de la sudoración con esfuerzos pequeños, una menor capacidad para realizar actividades que antes no producían fatiga…

Del mismo modo, puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia, dolores en las grandes articulaciones como las caderas y las rodillas como consecuencia de la aparición de artrosis, o un aumento en la velocidad de su evolución.

Asimismo, el sobrepeso también añade una mayor probabilidad de aparición de ataques de gota.

El abordaje habitual de la obesidad se basa en una combinación de diversas medidas:

• a) Reducción de la ingestión de calorías.
• b) Práctica de ejercicio físico diario.
• c) Fármacos: 
  Orlistat.
  Sibutramina,

La ansiedad asociada a la reducción de la ingesta, así como los efectos secundarios de los tratamientos farmacológicos más frecuentemente prescritos tales como hipertensión, estreñimiento, flatulencia, diarreas, o dolores abdominales, entre otros, hace que cada vez con mayor frecuencia, los pacientes afectados recurran a la acupuntura como tratamiento complementario para el tratamiento de la obesidad, que ha demostrado en numerosas ocasiones su eficacia de manera segura y en ausencia de efectos secundarios.

El presente artículo, publicado en Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine está basado en una revisión sistemática y metaanálisis de ensayos clínicos con el objetivo de evaluar la eficacia de la acupuntura en el tratamiento de la obesidad, así como su posible mecanismo de acción neuroendocrino.