Acupuntura para el tratamiento de la fatiga crónica: estudio multicéntrico y ensayo controlado aleatorizado

Podemos definir el síndrome de fatiga crónica como una merma en la capacidad física, pero sin relación con ningún esfuerzo previo o asociado con alguno de escasa intensidad. Hablaríamos de una fatiga extrema, con carácter invalidante, incapacitante en la mayoría de los casos, y en la que a pesar del descanso no se consigue mejoría.

Este síntoma permanece al menos 6 meses, aunque no necesariamente constante, sino intermitente a veces, que viene a ser de al menos seis meses.

Este trastorno supone un gran impacto sobre la calidad de vida del paciente, ya que puede llegar a discapacitarle hasta el extremo de impedir que desarrolle su actividad laboral, afectando a sus relaciones personales cotidianas.

Su prevalencia oscila entre 1% y 1 por 1000, siendo claramente más frecuente en la mujer, con una edad de aparición de entre los 20 y los 40 años, aunque hay casos descritos en adolescentes y en ancianos.

A día de hoy no ha sido identificada una causa clara que provoque síndrome de fatiga crónica.

Se han postulado diversas hipótesis sobre las causas del síndrome de fatiga crónica:

• Origen vírico (virus de Epstein Barr, citomegalovirus, virus del herpes tipo 6, candidiasis).
• Origen hormonal (alteraciones tiroideas).
• Origen inmunológico (alteraciones sistema inmunitario).
• Origen dietético o nutricional (déficits nutricionales, alergias alimentarias).

Adicionalmente al cansancio desproporcionado, existe una alteración de la memoria y de la concentración que generalmente se acompañan de cefalea y alteraciones del ánimo.

Asimismo, puede darse inflamación de los ganglios del cuello o de las axilas, así como mareos con bajadas de tensión.

Los afectados por síndrome de fatiga crónica presentan algunos puntos comunes con otros trastornos, como el síndrome del intestino irritable, tiroiditis autoinmune, así como síntomas similares a la fibromialgia.

En 2015, una revisión internacional resume los criterios diagnósticos en la presencia de fatiga invalidante durante más de seis meses, cansancio extremo tras esfuerzos habituales y descanso no reparador, lo que debe acompañarse de alteración cognitiva (memoria y concentración), o inestabilidad ortostática (mareos, desvanecimientos).

En la actualidad, no existe un tratamiento definitivo que consiga eliminar el síndrome de fatiga crónica.

El enfoque de tratamiento de este trastorno combina diversas terapias para lograr que el paciente pueda alcanzar un ritmo de vida lo más próximo a la normalidad. Entre las más habituales podemos citar:

• Terapia psicológica:
  La terapia de grupo ha mostrado especiales beneficios en este tipo de pacientes.
• Ejercicio físico:
  Actividad física saludable adaptada a su capacidad, mediante la supervisión de un fisioterapeuta para llevar a cabo un correcto programa deportivo.
• Fármacos:
  Antiinflamatorios (corticoides, AINES)
  Ayudan a aliviar dolores musculares y articulares.
  Antidepresivos y ansiolíticos (amitriptilina, nortriptilina, paroxetina y sertralina.
  Logran una mejoría en los pacientes con trastornos depresivos asociados.

Los efectos secundarios de los tratamientos farmacológicos más frecuentemente prescritos tales como pérdida de masa ósea y muscular, hiperglucemia, retención de líquidos, cansancio, debilidad, mareos y confusión, entre otros, hace que cada vez con mayor frecuencia, los pacientes afectados recurran a la acupuntura para el tratamiento del síndrome de fatiga crónica, que ha demostrado en numerosas ocasiones su eficacia en el tratamiento de los síntomas de manera segura y en ausencia de efectos secundarios.

El presente artículo, publicado en Trials, está basado en un ensayo clínico multicéntrico, aleatorizado, y controlado con el objetivo de evaluar la eficacia del tratamiento con acupuntura del síndrome de fatiga crónica idiopática.