Eficacia de la acupuntura en el tratamiento de la dismenorrea refractaria al tratamiento farmacológico

El dolor menstrual (también llamado dismenorrea), es uno de los problemas ginecológicos más comunes de las mujeres. Este dolor puede ser tan intenso que, en ocasiones, puede alterar la rutina diaria.

En los últimos años, han sido desarrollados diversos estudios orientados a comprobar la eficacia inmediata y a largo plazo del tratamiento de la dismenorrea con acupuntura.

Debido a los frecuentes efectos secundarios asociados al tratamiento farmacológico habitual (Antinflamatorios, espasmolíticos de fibra lisa y/o analgésicos), cada vez en mayor medida se recurre al tratamiento con acupuntura que ya ha demostrado su eficacia y seguridad.

Durante la menstruación, suele haber cierta sensación de incomodidad o malestar, que se manifiesta con un dolor sordo, sobre todo en su inicio, y que se acompaña a veces con síntomas como cefalea y diarrea.

Pero para hablar de dismenorrea el dolor tiene que ser lo suficientemente acusado como para impedir la actividad normal (por ejemplo, ir al trabajo), y requiere tratamiento.

Se estima que, una de cada diez mujeres, pueden causar baja de su actividad cotidiana de 24 a 72 horas por este motivo.

En la aparición de la dismenorrea juegan un papel importante muchos factores de riesgo, entre los que destacan una menarquia precoz, consumo de alcohol o tabaco, sedentarismo y obesidad, así como problemas ginecológicos tales como endometriosis, miomas, quistes ováricos… etc.

Dependiendo de la causa, la dismenorrea se puede clasificar en primaria, que aparece a partir de la primera menstruación y no suelen tener ninguna enfermedad como causa, y secundaria que aparece como consecuencia de trastornos ginecológicos, tales como los descritos anteriormente.

Actualmente, los tratamientos utilizados en la dismenorrea primaria son de tipo sintomático y orientados a paliar el dolor.

Los fármacos más frecuentemente indicados son los inhibidores de las prostaglandinas tales como el Ibuprofeno, Indometacina y para los casos más severos los inhibidores selectivos de la COX-2 tales como el Celecoxib.

Asimismo, es frecuente el uso de espasmolíticos de fibra lisa como la escopolamina, aislados o en combinación con analgésicos tales como el metamizol.

Por otro lado, la estrategia de tratamiento de la dismenorrea secundaria, está orientada a combatir la patología de base causante de este trastorno.