El Centro Nacional de Biotecnología lidera dos proyectos para el desarrollo de una vacuna frente al nuevo coronavirus

El SARS-CoV-2 pertenece a la familia de los betacoronavirus, uno de los cuatro géneros (alphacoronavirus, betacoronavirus, cammacoronavirus y deltacoronavirus) incluidos dentro de la familia Coronavirindae. Se trata de virus cuyo genoma está formado por una única cadena de ARN con polaridad positiva (+ssRNA)

En palabras de Mariano Esteban Rodríguez, responsable del Grupo Poxvirus y Vacunas en el Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, los virus RNA como el coronavirus tienen una envuelta a los que hay que atacar produciendo respuestas inmunológicas muy específicas. Es decir, produciendo anticuerpos neutralizantes y activando los linfocitos T que van a destruir a una célula infectada.

A fecha del 20 de marzo de 2020, la OMS contabiliza al menos 44 productos candidatos a vacuna frente al nuevo coronavirus en investigación.

En el Centro Nacional de Biotecnología (Centro Superior de Investigación Científica, CSIC, Ministerio de Ciencia e Innovación) se investiga en varias líneas relacionadas con el desarrollo de vacunas frente a la COVID-19, lideradas por el grupo de Mariano Esteban y el de Luis Enjuanes e Isabel Solá.

Por una parte, el grupo de Mariano Esteban trabaja en generar vectores virales basados en una modificación del virus Vaccinia o virus vacuna, usado en la erradicación de la viruela, en el que se ha insertado el gen que expresa la proteína S (spike) del SARS-CoV-2, y, por otra, el grupo de Luis Enjuanes e Isabel Sola lo hace con una variedad hiperatenuada del SARS-CoV-2.

• El equipo de científicos liderado por Mariano Esteban trabaja en crear vectores virales modificados de Vaccinia que contengan una proteína de la superficie del SARS-CoV-2 y que sean capaces de generar una respuesta inmune con capacidad para proteger el organismo ante la exposición al coronavirus.

Basándose en la publicación de las primeras secuenciaciones del genoma del virus, a principios de enero de este año, los investigadores han optado por emplear la proteína S (spike), que está en la superficie del virus y le sirve para unirse a la célula huesped, además de ser el mayor inductor de anticuerpos protectores.

Al no emplear el virus SARS-CoV-2 completo, los investigadores pueden trabajar en condiciones de menor nivel de seguridad biológica y, por tanto, se requiere menos complejidad experimental a la hora de desarrollar la vacuna

• Por otro lado, el grupo de Luis Enjuanes e Isabel Sola lo hace con una variedad hiperatenuada del SARS-CoV-2.

En palabras de Luis Enjuanes “Un virus mata no porque viva en un organismo y lo destruya; mata si lleva unos genes, llamados de virulencia, que inhiben la respuesta de defensa del hospedador”.

Son precisamente estos genes de virulencia los que busca el equipo de los investigadores Luis Enjuanes e Isabel Sola, del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

La estrategia de investigación es localizar los genes de virulencia del virus para eliminarlos mediante modificación genética. Al eliminarlos, se consigue una versión del virus atenuada, que más tarde se puede administrar como vacuna para que los pacientes desarrollen una respuesta inmune que les proteja en futuras exposiciones al virus virulento.

Ambos grupos han recibido financiación extra de la Unión Europea, el gobierno español y otras entidades para intensificar la investigación e integrarla en proyectos colaborativos con otros grupos de investigación a nivel internacional.

Más información:

https://www.who.int/blueprint/priority-diseases/key-action/novel-coronavirus-landscape-ncov.pdf?ua=1

La Asociación de Acupuntores Sanitarios ofrece más información acerca de la El Centro Nacional de Biotecnología lidera dos proyectos para el desarrollo de una vacuna frente al nuevo coronavirus

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